jueves, 27 de noviembre de 2014

Pérdida y Adiós

Esta entrada reflexiva es bastante especial, ya que quiero hablar sobre la muerte y la pérdida. Algo por lo que todos los seres vivos tenemos que pasar. ¿Y a qué se debe esta entrada? La mascota de alguien cercano a mi murió repentinamente, y me pareció una buena manera de hacerle un pequeño homenaje a Gus-Gus, al resto de las mascotas que he tenido, y también a todos los seres queridos que están en el otro lado. En el caso de este pequeño hamster ruso, nos pilló por sorpresa ya que murió de manera repentina, y a pesar de que hicimos lo que pudimos para que se reanimara nuestros esfuerzos no sirvieron. Puede que muchas personas piensen: “Pero si es solo un animal vaya tontería”, solo los que realmente queremos a los animales podemos entender estas situaciones, al fin y al cabo nuestras mascotas son de nuestra familia. Aunque los animales sean en algunos casos distintos a nosotros para mí son más las cosas que nos unen que las que nos separan.
El dolor forma parte de la vida y es algo natural, cuando perdemos a un ser querido, ya sea persona o animal. Siempre cuesta mucho aceptar que jamás volveremos a vernos.
Nuestra sociedad no esta acostumbrada hablar de la muerte y es un tema algo tabú, pero no olvidemos que todo forma parte de la vida. Es algo natural. ¿Que hay más allá? Hay muchas teorías y creencias. Desde mi punto de vista prefiero pensar que sí, que hay algo más, que los lazos que nos unen a nuestros seres queridos siempre están ahí pase lo que pase.
Comparto con vosotros esta parábola budista:


Parábola de las semillas de sésamo
Una joven y afligida madre, lamentando la muerte de su bebé, busca consejo en Buda. La mujer explica a Buda su insoportable pesar y su incapacidad para reponerse a esa devastadora pérdida. Buda le pide que llame a todas las puertas del pueblo y pida una semilla de sésamo en cada casa en la que no se haya conocido la muerte. Después, deberá traérselas a él. Ella, obediente, va de puerta en puerta y, mientras sale con las manos vacías de cada una de las casas, comprende que no hay ningún hogar que no haya sido azotado por la muerte. La mujer regresa donde Buda sin semilla alguna, y Buda le dice lo que ella ya ha comprendido: que no está sola.La muerte es algo que alcanza a todos, a cada familia. Es sólo una cuestión de tiempo. Lo que es inevitable, le dice el maestro, no debe lamentarse en exceso.”


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